Frente a lo absurdo, yo me quedo con estas palabras:
"Los
tan cacareados cultural studies de la historiografía norteamericana
-por poner sólo un ejemplo de tantos métodos cabestriles- diseccionan el
mundo en función de la llamada hyphen-culture, la cultura del guión.
Uno es afro-americano, nativo-americano, etcétera, y a partir de ahí se
inserta en una tradición histórica de compartimento estanco. En una
supuesta cultura concreta con historia y literatura
concreta. Según eso, no hay perspectiva ni comparación. No hay
contraste. Habría que definirse y expliar el mundo con cierta e incómoda
política de guatne blanco postmoderna, dado que lo contrario es
políticamente incorrecto.
Si un policía estadounidense y uno
europeo se encontrasen con un cadáver dado; si percibiesen que el muerto
es de raza negra y quisieran retransmitir por radio su descripción, uno
diría que es afro-americano y el otro que sub-sahariano. No alcanzarían
a expresar que es ante todo, de raza negra. Sólo un niño -políticamente
incorrecto- sabría describirlo en una sola palabra universalmente
comprensible. Pero la comprensión universal no es cool, no rebasaría el
listón de la metodología al uso en cada momento: el argot gremiario de
los gurús interpretativos."
Emilio González Ferrín: HISTORIA GENERAL DE AL ÁNDALUS. Pág. 33